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sábado, junio 16, 2012

Al final, la tarde... el aire

Al final de la tarde -aquella, por supuesto-
pensé que aún quedaban espacios
        reservados
para las libertades,
para lo casual,
aunque las causas sean lo que de una manera
         u otra
llevan nuestros pasos por diversos caminos.

Y entonces comenzaron a venir a mi mente
          imágenes
ideales
para la vida
que no
por perfecta
ha de ser... inalcanzable.

Primera imagen: el mar que existe bajo tu frente.
Segunda imagen: el arcoiris que resbala por tu vientre hasta tocar los orgasmos.
Tercera imagen: tu cuerpo ocupando el mayor espacio posible a mi lado.
Cuarta imagen: mis manos palpando tu sueño.
Imagen repetida: el no desear envejecer fuera de tu alcance.
Imagen SOS: la prontitud, el cansancio.
Imagen esperanza: el amor que, aunque a veces escondido, siempre espera.
Imagen fija: tu sonrisa que reposa sobre tus labios, e inevitablemente, tus ojos.

(Bcn, 28 de julio de 2000)

Comentario: Me sorprende lo que llegamos a escribir y que a primera vista se explica por sí solo haciendo evidente que fue escrito para alguna persona en especial, y puede que haya sido así, pero el tiempo hace que ese alguien se esfume y sólo queden las palabras, las palabras y la intención. La intención y los deseos de tener el amor entre las manos. Entonces, ante esta indiscutible discrepancia, tienes un poema metido entre papeles semiolvidados en una bolsa -porque no te quedan cajones disponibles- y decides un día, sin tan siquiera recordar su destinatario(a), sacarlos a tomar el aire.

2 comentarios:

musa136 dijo...

espero que saques más a tomar el aire.... precioso

Guillermo Torres dijo...

Muchas gracias... las palabras irán saliendo. Un abrazo.