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martes, agosto 06, 2013

Pechos devorados, adiós



Me acerco a la tibia arena, escasa, rota.
Me tumbo a horcajadas sobre las olas.
Me desespero en la brisa de las algas, y te pienso.
Te pienso en rostros de antaño.
Cabezas de pelos rubios. Cabezas de pelos cortos. Bocas abiertas, sedientas. Manos entrelazadas. Risas.
Te dibujo con tus pechos devorados. Te veo como salido del río, como nacida de las hierbas, y me detengo, justo en el medio de mi vida, cuando balancearme a la sombra de los mangos rodeado de ti, era el final de la tarde.
Me acerco al ruido de tus noches, a tus quejidos, a tus dudas, a tus abrazos, a las noches a la única luz de la luna, al vuelo de los cocuyos, a la lejana carcajada del adiós.