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sábado, junio 16, 2012

Dejo de soñar

Y si me muero de amor y de silencios,
y si me desmorono al levantar mis ojos y no encontrarte?

Corro hacia la ventana desesperadamente.
Rompo los cristales con cuidado, para no herirme.
Precipito mi cuerpo al vacío. Sé que sueño.
Me siento golpear con fuerza cada trozo de pared que encuentro a mi paso.
Mis ojos se entreabren para ver pasar las cosas, te veo.
Te encuentro al margen de mi vida. Me detengo.

Dejo de soñar y comienzo a caminar a tu lado.
Igual puedo precipitarme otro día, y morir de amor y de silencios.

Al final, la tarde... el aire

Al final de la tarde -aquella, por supuesto-
pensé que aún quedaban espacios
        reservados
para las libertades,
para lo casual,
aunque las causas sean lo que de una manera
         u otra
llevan nuestros pasos por diversos caminos.

Y entonces comenzaron a venir a mi mente
          imágenes
ideales
para la vida
que no
por perfecta
ha de ser... inalcanzable.

Primera imagen: el mar que existe bajo tu frente.
Segunda imagen: el arcoiris que resbala por tu vientre hasta tocar los orgasmos.
Tercera imagen: tu cuerpo ocupando el mayor espacio posible a mi lado.
Cuarta imagen: mis manos palpando tu sueño.
Imagen repetida: el no desear envejecer fuera de tu alcance.
Imagen SOS: la prontitud, el cansancio.
Imagen esperanza: el amor que, aunque a veces escondido, siempre espera.
Imagen fija: tu sonrisa que reposa sobre tus labios, e inevitablemente, tus ojos.

(Bcn, 28 de julio de 2000)

Comentario: Me sorprende lo que llegamos a escribir y que a primera vista se explica por sí solo haciendo evidente que fue escrito para alguna persona en especial, y puede que haya sido así, pero el tiempo hace que ese alguien se esfume y sólo queden las palabras, las palabras y la intención. La intención y los deseos de tener el amor entre las manos. Entonces, ante esta indiscutible discrepancia, tienes un poema metido entre papeles semiolvidados en una bolsa -porque no te quedan cajones disponibles- y decides un día, sin tan siquiera recordar su destinatario(a), sacarlos a tomar el aire.